Es
muy importante realizar una serie de cambios en el modo de vida y alimentación.
La dieta de una persona bajo estrés puede ser muy caótica, generando carencias o
desequilibrios nutricionales que dificultan la capacidad de resistencia y
adaptación o agravan las manifestaciones patológicas.
Una de los síntomas iníciales puede ser la pérdida de apetito (anorexia) o bien la (hiperfagia)
comer en exceso, aunque pueden ser pasajeras y no requerir de
recomendaciones complicadas. Sin embargo, cuando estas alteraciones se
prolongan y no mejoran es importante elaborar por parte de un profesional, un
programa dietético y nutricional exhaustivo, además de otras valoraciones en el campo psicoemocional.
Otro problema con
el que nos encontraremos es que, si el estrés cursa con “falta de tiempo”, el
individuo tiene pocas probabilidades de realizar una alimentación sana o
adecuada. Muchas veces se saltará comidas que intentará compensar en la
siguiente, tirará de productos pre-cocinados, etc. Si realmente quiere
solucionar y mejorar su estado, debe mejorar la calidad de su dieta, con
recomendaciones que le ayuden a aportar elementos nutritivos y equilibradores
de su estado.
Por tanto se recomienda tener unos hábitos a la hora
de comer y de elegir los alimento:
-
Tener un horario rutinario para las distintas
comidas.
-
Evitar comer con prisas y/o de pie, asegurando una
buena masticación.
-
Descanso después de la comida para conseguir una
buena digestión.
-
Cena ligera (sopas, purés, etc.) y como máximo 2- 3
horas antes de acostarse.
-
Evitar atiborrarse de comida debido a nerviosismo y
angustia compulsiva, optando por otra actividad como caminar, ejercicio físico,
etc.
La dieta será
equilibrada, eutrófica y calóricamente adaptada a sus requerimientos (y mejor
biológica).
Alimentos
indicados en estrés:
Los cereales
integrales (por ej. arroz, avena, centeno, quinoa, maíz, espelta, trigo, etc.)
Son ricos en complejo B, magnesio y zinc.
Las legumbres,
también actúan nutriendo el Sistema Nervioso, dado que contienen incluso algunas más
vitaminas del complejo B que los cereales, también contienen zinc, calcio y
magnesio, al igual que ejercen un papel positivo en la bomba sodio/potasio.
Fruta y verdura
frescas, siempre son una muy buena fuente de vitaminas y minerales esenciales,
al igual que si son de temporada (o biológicos) son muy ricos en antioxidantes.
Alimentos
no indicados en estrés:
Una dieta no rica en acidificantes,
Carne, pescado, huevos, café, té, pastelería,
embutidos, enlatados, pre-cocinados, proteicos, etc. Disminuir su ingesta.
Evitar el consumo
frecuente de alcohol, el alcohol produce un estrés químico en el organismo,
interfiere con la correcta bioquímica cerebral: bloquea una amplia gama de
nutrientes esenciales (que ejercen también un papel
regulador suprarrenal y nervioso, inmunitario y cardiovascular).
Cafeína: Aumenta la secreción de adrenalina
provocando nerviosismo, tensión, irritabilidad, insomnio. La cafeína reduce la
absorción de minerales como Zn (importante en la producción de hormonas
suprarrenales) y Fe. El café elimina Ca por la orina. El Ca es importante en el
funcionamiento del sistema nervioso y la tensión arterial. La ingesta crónica
de café se relaciona con ansiedad y depresión, ya que produce estimulación
física y mental y puede conllevar a una dependencia funcional.
Tabaco: La nicotina, aumenta también la secreción de
adrenalina. Además con el consumo de tabaco aumentan las necesidades de otros
nutrientes, como la vitamina C (necesaria para el buen funcionamiento de las
hormonas suprarrenales) y vitaminas del grupo B, entre otras.
Azúcar: El consumo de azúcar y alimentos refinados
puede causar una hipoglucemia rebote ya que queda en la sangre un excesivo
nivel de insulina una vez metabolizado el azúcar. Esta hipoglucemia causa
problemas en la función mental.
Recomendaciones psicoemocionales y hábitos
Técnicas mentales
La relajación es la acción opuesta al estrés. Ahora
domina el sistema nervioso parasimpático que controla las funciones corporales
como la digestión, respiración, ritmo cardiaco, etc. El sistema nervioso
parasimpático esta para repara, mantener y restaurar el cuerpo.
Con la relajación se reduce el ritmo cardiaco,
disminuye la presión arterial, la sangre se desvía hacia los órganos internos,
disminuye el ritmo respiratorio y la demanda de oxigeno, aumenta la producción
de secreciones digestivas, etc.
Para lograr la relajación se puede usar varias
técnicas como la meditación, respiración profunda (una técnica o terapia podría
ser el rebirthing), yoga, Tai chi, aikido, chi-kung, acupuntura, relajación
muscular, masaje, aromaterapia, sauna, etc. Si estas técnicas no son
suficientes para poder enfocar el problema, se puede recurrir a psicoterapia de
crecimiento positivo.
Ejercicio físico
El ejercicio físico produce una disminución de la
actividad del sistema nervioso simpático, circulara menos cantidad de
adrenalina en los momentos de estrés, luego se toleraran más las situaciones
estresantes.
El ejercicio físico mejora la actividad muscular,
aumenta el gasto calórico, se usan las
grasas como fuente de energía, aumenta la hemoglobina en sangre, luego mayor
flujo de oxigeno en los tejidos y cerebro, lo cual mejora también la capacidad
de pensar y el estado de ánimo.
La actividad física nos ayuda también a liberar toda
la tensión generada por la propia reacción al estrés, generando a su vez
endorfinas y llegando a una situación de relajación y bienestar y cerrando el
ciclo del estrés.
Un programa personalizado de salud, es tu mejor inversión de futuro. Da el primer paso y ven a mi consulta:
Comentarios
Publicar un comentario